Cuando el éxito no llega, Samsung Galaxy Note 7

Samsung ha explotado el mercado de la peor forma posible

La noticia tecnológica de las últimas semanas tiene como protagonista al modelo de teléfono inteligente Samsung Galaxy Note 7. Conocido es el problema que presentaban, su batería explotaba, por lo que la compañía tomó la decisión de dejar de vender este modelo así como de fabricarlo.

La decisión de la compañía surcoreana de acabar con la producción de este modelo de smartphone tuvo consecuencias en sus acciones, que se desplomaron el pasado 11 de octubre. Tras sus intentos por reemplazar los terminales que explotaron, y así poder sustituir a sus clientes los modelos defectuosos y peligrosos de la serie inicial, los sustitutos volvieron a fallar.

Por ello, Samsung Electronics Co. se vio obligada a anunciar la retirada del modelo así como el fin de su producción; el terrible fallo que acompañaba al Galaxy Note 7 no desaparecía en los sustitutos, así que acabar con el modelo al que tantas esperanzas le tenían resultó ser la solución.

Los problemas del Galaxy Note 7 han supuesto un escándalo que tardará tiempo en olvidarse, si es que se olvida. Tras presentar el pasado mes de agosto su dispositivo más ambicioso hasta el momento, un modelo con el que muchos creían que por fin Samsung iba a ser un duro rival para iPhone de Apple, la historia pareció tocar a su fin dos meses después, entre explosiones descontroladas de sus baterías y con una seria crisis de reputación para la compañía.

Cuando el problema de estos smartphones se viralizó la compañía tuvo que anunciar la recuperación voluntaria de todos los terminales del Galaxy Note 7 vendidos hasta el momento, esto se produjo a principios de septiembre. Los terminales reclamados eran todos, se hubieran visto afectados o no, puesto que ante la alarma la compañía quería revisarlos todos.

Ante estos problemas, la llegada del terminal a Europa se vio retrasada, a día de hoy retrasada para siempre porque ya nunca llegará. El pánico entre los usuarios estalló, las compañías aéreas se contagiaron, y prohibieron el uso de este modelo de móvil en sus aeronaves, así como las asociaciones de consumidores, y la compañía perdió totalmente el control de la crisis.

En este punto de la polémica, no solo Samsung no fue capaz de controlar la situación alrededor de su producto más ambicioso hasta la fecha, sino que la mala publicidad acabó afectando a la compañía en general.

¿Cómo llegó una compañía como Samsung a este punto de no retorno? Pues parece ser que las prisas por poner a la venta la mayor cantidad posible de unidades del producto, sobre todo a causa de las buenas críticas que estaba recibiendo al principio, empujaron a relajar los controles de calidad del suministrador de baterías. Esta decisión provocó un fallo muy grave de seguridad, lo que acabó suponiendo serios peligros para los usuarios y sumió a la compañía en una crisis con mal final. Un fallo de seguridad inaceptable para una compañía de su talla.

Las consecuencias económicas de esta crisis para Samsung son millonarias, pero los daños para su imagen son incalculables. Todo empeoró cuando los nuevos modelos sustitutos, revisados y entregados, comienzaron a explotar también. Entonces, todas las alarmas se volvieron a disparar y las principales operadoras de telefonía móvil comenzaron a retirar al Galaxy Note 7 de sus catálogos de venta.

A día de hoy, y tras anunciar el pasado 11 de octubre la finalización de su producción, podemos decir que el Galaxy Note 7 tuvo una corta pero agitada vida, pasando de producto estrella de una de las compañías tecnológicas más importantes del mundo a fiasco total a todos los niveles. Es un claro ejemplo de que el esperado éxito no siempre llega; Samsung tenía muchas esperanzas depositadas en él, y sí, su teléfono estuvo en boca de todos pero no precisamente por los motivos que la compañía esperaba.

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