Con este nuevo sistema, que entra en vigor el 13 de febrero, Renfe y sus futuros competidores privados, que serán elegidos por concurso público, pagarán penalizaciones o, por el contrario, recibirán bonificaciones de Adif, según el grado de puntualidad de sus servicios.

Umbrales de puntualidad

El cálculo de los ‘bonus malus’ se hará partiendo de los umbrales de puntualidad que se pacten cada año entre Adif mediante la multiplicación de los minutos de retraso que pasen de dicho umbral. El importe a pagar se decidirá en cada ejercicio.

Los nuevos operadores que entren en el mercado, durante el primer año e actividad contarán con un margen del 30% en el cumplimiento de los mencionados umbrales. A partir del segundo año este margen se reducirá hasta el 20%, y hasta el 10% el tercero.

Adif, por su parte, aplicará la penalización en el canon a las compañías de transporte, que por su actuación, causen retrasos o perturben el funcionamiento de la infraestructura ferroviaria, mientras que para aquellas que cumplan los parámetros y consigan mejorar los resultados previstos, dará compensaciones o primas.

Límites de los ‘bonus malus’

Tanto los ‘bonus’ como los ‘malus’ tendrán límites. En el caso de las penalizaciones, el total de éstas no podrá ser superiores al 1,5% del importe que Adif recauda por canon en un año. En cuanto a los límites individuales, se establece que un operador no podrá pagar penalizaciones superiores al 10% de todo lo abonado por el canon en un año.