Cuando tomamos decisiones de cualquier tipo, muchas veces no hacemos un análisis racional de cada opción y un pormenorizado estudio de todo lo que supone cada elección, sino que utilizamos nuestras emociones y nuestra intuición. Se trata de un mecanismo que nos permite tomar decisiones rápidas en función de lo que sentimos en un determinado momento.
En la actualidad, las marcas buscan no sólo vendernos sus productos o servicios sino también provocar una emoción que nos haga identificarnos con esa marca. Muchos de nosotros ya querremos comprar el último modelo de iPhone sin haberlo visto o probado, porque ya se han generado por la marca unas expectativas que nos han emocionado y nos han suscitado el deseo de tener ese producto en nuestras manos.
Por otro lado, en el momento actual de crisis económica, las marcas más que nunca, utilizan las emociones para transmitir pensamientos positivos, de forma que un determinado producto o servicio se asocie con una emoción positiva. Esto se consigue mediante el sentido del humor, la exageración o los dobles sentidos, por ejemplo.
El marketing emocional tiene como objetivo fidelizar a los clientes que ya tenemos y también captar nuevos usuarios a través de las emociones. Pero ¿cómo podemos encontrar la parte emocional de nuestro producto o servicio? A continuación, os proponemos algunos consejos:
Una de las empresas que más ha utilizado el marketing emocional en sus campañas es IKEA. La marca sueca de muebles ya no vende sólo muebles u objetos de decoración, sino que vende emociones al tocar la fibra sensible a través del ámbito familiar y del hogar. Todos sabemos ya qué es la “República Independiente de tu casa”.
Las ventajas que ofrece el marketing emocional son principalmente tres: