El curso escolar ya ha empezado, las hojas de los árboles se empiezan a caer, cambia la estación y es época de comenzar a crear cosas nuevas. Si te has propuesto comenzar con un proyecto nuevo, este puede ser un buen momento.

¿Qué es lo que quieres hacer?

A veces tenemos mil ideas y al final acabamos por no hacer nada. Nos confundimos entre lo que realmente deseamos nosotros (nuestro proyecto) y lo que otras personas como familiares y amigos piensan que es lo mejor para nosotros.

Es hora de reflexionar y de pensar qué es lo que realmente quieres hacer, qué trabajo pone una sonrisa en tu cara y hace que incluso los lunes estés deseando llegar a la oficina. ¿Siempre has querido tener un restaurante, crear una nueva app, diseñar ropa? Las opciones son infinitas, simplemente céntrate en lo que tú quieres.

¿Cuándo quieres alcanzar tu objetivo?

Todos tenemos objetivos y cuando creamos un proyecto debe estar claramente definido y ser medible. Cuando empieza una nueva estación es momento de cambio, de planificación, de pensar qué tienes y qué necesitas para llegar a tu meta, para hacer realidad tu sueño. Establece una fecha límite razonable y ve a por ella.

¿Cómo lo vas a hacer?

Ya tienes claro qué proyecto deseas desarrollar y cuándo quieres alcanzar el objetivo que te has propuesto, por lo que es el momento de pensar cómo lo vas a hacer. Qué acciones vas a llevar a cabo en otoño, cuáles en invierno, qué hito quieres alcanzar en primavera.

Haz una planificación y comienza a ponerte en marcha en otoño. Planifica cada día y cada hora para saber qué reuniones vas a tener, a qué clientes vas a visitar, qué proveedores quieres contactar o cuánta financiación necesitas y cómo conseguirla.

El otoño es una buena oportunidad para comenzar con un proyecto porque en verano muchas personas se van fuera de vacaciones y no podemos localizarlas para hablar con ellas, pero ahora estamos en un momento de calma relativa hasta que se intensifique la actividad.

¿Has testeado tu idea?

La forma tradicional de hacer las cosas en las empresas ha cambiado en los últimos años. Antes se invertía mucho tiempo y dinero en desarrollar un producto, y todo el esfuerzo se centraba en ese producto. Actualmente lo que importa es el cliente y si no se testea ese producto con los potenciales clientes y se coteja su éxito, no se sabrá nunca si le gusta a tus potenciales clientes y se logrará llevar adelante el proyecto de que se trate.

Borra tus miedos

Cuando se comienza con un nuevo proyecto se piensa en muchas cosas malas que podría suceder, en que podemos fracasar. Sin embargo, cualquier emprendedor sabe que algunas veces se tiene éxito y otras se fracasa, pero siempre se aprende.

Por ese motivo debemos formarnos e informarnos y conocer todos los pormenores del proyecto que vamos a hacer. El conocimiento es lo que más va a influir a la hora de reducir nuestros miedos.