Sábado, 27 de Abril de 2024
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Los clientes son importantes, también lo es saber evitar a algunos

Los clientes son importantes, también lo es saber evitar a algunos

Ya sea que hablemos del cliente que puede entrar a consumir en cualquier comercio, como otro con el que vayamos a realizar un trabajo en particular, e incluso si hablamos de una empresa que se va a convertir en nuestro cliente, sea como sea hay que conocer el tipo de persona con el que podemos encontrarnos y todo lo que puede llegar a perjudicarnos.

Los tipos de cliente a evitar

El cliente que no sabe atender a los plazos fijados, establecer precios, qué contenidos quiere, etc. Es el cliente indefinido, que pide cambios a cada rato porque ni él mismo sabe lo que quiere. Como empresa o como autónomo deberás saber atar bien todos los puntos y especificaciones del trabajo a realizar en un contrato que quede lo más claro posible. De lo contrario, el encargo puede eternizarse, y además estar repleto de malos ratos y quebraderos de cabeza.

Para los clientes indefinidos que entran en un comercio, salta todas tus alarmas y pon el marcha la escucha activa cuanto antes; ofrecerle pocas opciones de lo que crees que va buscando, y mejor se acompaña a las elecciones con motivos de peso para escogerlas, has de guiarlo tú y con rapidez porque de lo contrario llenaste mostrador de productos y probablemente, tras demasiado rato debatiendo, la venta no se finalice.

Hay otros clientes cuya intención dista mucho de ser la de querer disfrutar de nuestro producto o servicio, porque en realidad sólo buscan recabar información para sacar al mercado un modelo de negocio igual o muy similar al nuestro. Es un tipo de cliente difícil de detectar la mayoría de las veces, pero si estás atento a sus preguntas y actitudes tal vez descubras algo fuera de lo normal, y consigas hacer saltar todas las alarmas. De cualquier modo, si recibes un pedido de este cliente ‘pirata’ y no sospechas nada, el peligro está servido, es probable que te copie y desaparezca como cliente para siempre.

Por otro lado, están los clientes con el bolsillo afectado; en el caso de los comercios, evidentemente, no se venden productos si no existe el pago previo de los mismos, o al menos así debería ser. Pero en el caso de empresas o autónomos, de forma previa a aceptar trabajar para un cliente o empresa, lo ideal es acudir a informarse sobre la morosidad de dicho cliente a los portales o compañías especializadas en este tema. Es un paso básico antes de comenzar cualquier trabajo hoy en día, ya que muchos clientes pueden tener problemas serios a la hora de abonar sus facturas, y para los que trabajen con ellos la experiencia puede ser muy amarga.

Luego hay otro tipo de clientes que nos ponen en situaciones tan agotadoras como las provocadas por los clientes indecisos, se trata de los clientes intransigentes. Esos que saben de todo y mejor que nadie, ponen pegas constantemente al trabajo, a las propuestas, a las decisiones, a los presupuestos, a los plazos, los precios y a un largo etcétera. No pueden esconder esta personalidad tan ‘pesada’ así que es fácil dar con ellos desde un primer momento. Todas sus pegas, además de desesperar al más pintado, pueden suponer unos costes elevados e inútiles para la empresa. Así que mejor prescindir de ellos por lo que pueda pasar.

Los clientes que siempre están dispuestos a dejar caer la solicitud de una rebaja en el precio, de pedir muestras, regalos, etc., son clientes poco fieles; siempre quieren algo más y nos pueden dar mucho trabajo con sus insinuaciones, pero en el momento en que aparezca alguien que les regale más nos van abandonar sin contemplaciones. Si eres un gran fidelizador tal vez puedas atraerlo para siempre a tu lado, pero aún así es mejor evitarlos porque no son de fiar.

Por último, están esos clientes que pretenden captar toda nuestra atención. Monopolizan nuestro trabajo y nuestro tiempo, pero en realidad nosotros para ellos somos únicamente uno más, en cambio para nosotros ellos pueden suponer un importante porcentaje de nuestros ingresos. En este tipo de casos, piensa muy bien si aceptar el trabajo o no, porque ante un cliente así estarás en posición de debilidad, y obviamente te va a restar mucha energía y tiempo que poder dedicar a otros clientes más rentables pero menos absorbentes.

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