El colchón económico ruso disminuye

El colchón económico ruso disminuye

El Ministerio de Finanzas ruso, actualiza y difunde mensualmente dos datos importantes para la viabilidad de la economía del país, tanto a corto como a medio plazo. Estas dos variables las examinan con lupa los periodistas, economistas y funcionarios occidentales.

Hablamos de las cantidades que tienen los dos fondos soberanos con los que cuenta el país, llamados Fondo de Reserva y Fondo Nacional de Inversión, los cuales se nutren de los ingresos mediante los impuestos del sector de los hidrocarburos, que son los que sirven a Rusia para tapar los agujeros del presupuesto y financiar los gastos sociales, con independencia del momento económico en que se encuentre el Estado.

El caso es que el llamado «jergón del Kremlin” lleva dos años bajando en cantidad desde que comenzó el problema del precio del petróleo, lo que hace que a medio plazo tenga complicado mantener el pulso que le enfrenta a Europa y USA.

Existen ya fuentes de la máxima institución a nivel económico ruso que dejan claro que la independencia a nivel financiero podría verse muy comprometida en tres años si desde Moscú no consiguen aumentar los ingresos o reducen gastos en unas arcas ya de por sí bajo mínimos por el crudo barato.

En septiembre de 2014, antes de que comenzara la crisis de Ucrania y el desploma del petróleo, el Fondo de Reserva que se creó para garantizar la financiación de los gastos del presupuesto federal y que hubiese un equilibrio en las finanzas públicas si caían los ingresos, contaba con 90.000 millones de dólares. La cifra ha llegado a reducirse en dos tercios en octubre pasado, superando los 32.000 millones apenas. Las previsiones son de que se agotará en algún momento de 2017.

Esta depauperación del Fondo de Reserva va a obligar a Moscú a tener que recurrir al Fondo Nacional de Inversión. Todo esto, a pesar de que el objetivo no es tapar agujeros en las arcas públicas sino respaldar la viabilidad del sistema de pensiones. El grado de liquidez del Fondo de Reserva tiene un grado de liquidez menor, ya que una parte importante se ha invertido en proyectos a largo plazo, lo que es un límite para las cantidades que se pueden reintegrar.

De no cambiar las cosas, a finales de 2019, Rusia contaría solo con 7.600 millones de dólares como remanente financiero de urgencia. El gobierno ruso podría financiar el déficit mediante otras fuentes o debilitando el rublo en caso extremo, incluso no se descartaría el endeudamiento exterior, pero todo depende de cómo evolucionen las relaciones con Occidente.

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