El mundo del periodismo vive momentos de confusión, donde no está demasiado claro el peso efectivo de los periódicos ni el sitio que ocupa en el paisaje social. Aunque hay gente que cree en los periódicos, les pedimos todo lo que daban antes de la llegada de la crisis.

Martin Baron, el director de «The Washington Post”, dice sin ningún temor que los periódicos en papel no van a sobrevivir. Para él y para muchos vivimos en un mundo digital en el que el teléfono móvil es el dominador. La gente puede leer noticias mientras anda por la calle o espera el metro.

La mayoría de los ciudadanos, en especial la gente joven, el futuro, recibe la información digitalmente y en las redes sociales. Está claro que los periódicos van a existir durante un tiempo, pero no hay muchos indicios que nos digan que el papel sea el futuro y sí que parece más probable que terminen desapareciendo.

¿Cuál es el futuro que le espera a los periódicos de papel?

Bill Gates en los años 90, les daba una década más y falló, desde entonces se especula con ello, pero nadie da una fecha precisa. El año pasado el diario británico The Independent cumplía 40 años con el cierre de su edición impresa.

La crisis adelantó la bajada de ingresos publicitarios, algo que se ha acentuado además por los avances tecnológicos. Los diarios han ido perdiendo influencia al extenderse la opinión general de que uno puede informarse mejor por sí mismo en Internet o las redes sociales. Se puede decir que vivimos una era en la que hay un desprestigio evidente de los intermediarios.

Por el momento la alternativa al papel es una Red llena de noticias falsas y verdaderas a las que se suele llegar sin saber su jerarquía, importancia o seriedad. Se puede decir que el periódico es un producto irrepetible donde la publicidad y los lectores estaban dispuestos a pagar por una información de mayor o menor fiabilidad.

Esta unidad se ha ido rompiendo. Existe un sector que piensa que la cuestión importante no es si en el futuro habrá periódicos impresos o digitales, sino que tengan la suficiente fuerza editorial e independencia política para poderse mantener alrededor de una comunidad de lectores heterogénea y estable.

A pesar de todo, los diarios siguen aumentando poderosamente sus usuarios únicos, mientras que las versiones en papel cada vez tienen menos difusión, algo que tiene su lógica repercusión en la publicidad, que cada vez prefiere confiar más en el mundo digital que en unos periódicos de papel que cada vez tienen menos lectores.

Terminamos con un dato, en España entre 2001 y 2016 ha disminuido la venta de periódicos en formato papel un 50%. Como para preocuparse.