Como se partía de unos niveles de tecnificación e innovación tan bajos, cada vez que aparecía alguna máquina que permitía poder fabricar en cantidades mayores, se demandaba mano de obra que fuera capaz de hacerla funcionar. Este fenómeno fue lo que provocó la emigración masiva hacia las ciudades y la aparición de la clase trabajadora como tal. A medida que iban pasando los años, esta correlación se mantenía: a medida que el desarrollo era mayor, más gente de demandaba. Entonces, la emigración no se produjo ya dentro de un mismo país, sino que la libertad de movimientos permitía (y permite) a cualquier persona tener la oportunidad de encontrar trabajo en cualquier parte del mundo.

Ahora bien, este fenómeno está cambiando en los últimos años. El nivel tecnológico ha sido tal que las máquinas y robots diseñados por los ingenieros especialistas han sustituido al ser humano en muchos desempeños. Por lo tanto, ahora estamos viviendo justo el proceso contrario: cuanto mayor está siendo el desarrollo, menor es la demanda de fuerza de trabajo. Ahora mismo, las máquinas son capaces de realizar exactamente lo mismo que nosotros, pero con una rapidez y eficiencia mayor. Está siendo, en otras, una de las causas de la dificultad de encontrar trabajo que tiene mucha gente hoy en día.

¿Qué deben hacer los actores en el mundo empresarial?

En este contexto que se ha desarrollado anteriormente, todos los agentes que forman parte de la empresa deben desempeñar un papel importante. Así pues, lo desgranamos a continuación:

• Empresas: cada vez que sale al mercado un avance tecnológico que aumenta de forma considerable la rentabilidad y competitividad, si no quieren quedarse atrás y perder posiciones respecto la competencia, se ven obligadas a adquirir esta innovación. Ello supone que deben realizar distintas tareas para adaptarse a ello:
  • Cambiar los procesos internos: todo cambio en el proceso productivo o en la prestación de servicio requiere de una serie de cambios en la forma de proceder y obrar de la compañía. Ello supone una reorganización de los equipos y hasta de las funciones que tiene cada uno.
  • Formar al personal: para poder utilizar al máximo rendimiento la innovación, habrá que dotar a las personas que forman parte de la plantilla de las herramientas necesarias para que desempeñen su trabajo de la forma más rentable posible. En caso contrario, tendremos una innovación que no trabajará al máximo rendimiento y estaremos malbaratando una inversión importante.
  • Cambios en el personal: puede que sea necesario contratar a una persona con más formación o más especializada en concreto hacia la innovación que se ha desarrollado. De la misma forma, puede que personal existente no se haya acabado de adaptar a los cambios y que sea necesario reubicarlo en alguna otra ubicación donde pueda dar un mejor rendimiento. En algunos casos, el funcionamiento de la innovación es tal que el empresario opta por realizar reducciones de personal, ya que lo nuevo es capaz de producir u operar con una rentabilidad superior a los empleados que tiene en nómina.
  • Invertir: toda innovación, en mayor o menor medida, y más si es de tipo tecnológico, precisará de una inversión. Por lo tanto, la empresa deberá hacer frente a un riesgo. Por un lado, hay que mirar cuál es el endeudamiento en relación a los recursos propios para poder calibrar hasta qué punto es posible soportar tal inversión. Si simplemente con los recursos propios disponibles ya se puede tirar adelante, perfecto, pero no es el escenario más habitual. En caso de necesitar financiación, habrá que buscar aquella entidad que ofrezca unas condiciones menos costosas para poder devolver lo que se ha pedido con la mayor comodidad y confortabilidad posible.
• Trabajadores: en estrecha relación con el punto anterior, pueden ser los más damnificados por la robotización. Encontramos diferentes tipos según cuál sea su especialidad:
  • Trabajadores que desarrollan la innovación: las personas que estudian ingenierías están muy solicitados, buscados y bien considerados. En un momento en que existe una precariedad laboral muy importante en muchos sectores y donde las oportunidades parecen escasas (continuamos con una tasa de paro muy alta), los ingenieros emergen como aquéllos capaces de salirse de esta situación general. Son quienes tienen las ideas, habilidad y capacidades para poder desarrollar estas innovaciones que permitirán el aumento de competitividad de las empresas. Dado que aquí los sueldos y las oportunidades son más escasas que en otros países de Europa, algunos optan por marchar de aquí. En algunos países de Europa, aunque nos pueda parecer increíble desde aquí, hay una falta de profesionales cualificados y son altamente demandados. Les pueden motivar, entre otros, con los siguientes aspectos:
    • Mejores sueldos: el salario medio en los países del centro y norte de Europa son sensiblemente superiores a los de aquí.
    • Mejores condiciones laborales: en general, existe una preocupación mayor en relación a la conciliación laboral y al componente social en el trabajo. Por lo tanto, estas facilidades son una variable importante para tomar una decisión.
    • Mayor reconocimiento: estos profesionales, al estar más demandados, también son más reconocidos y gozan de cierto prestigio en el país.
    • Mejores instalaciones: las empresas pueden estar más desarrolladas que aquí y pueden invertir en todas las novedades que aparecen en el sector. Para un profesional de este nivel, poder trabajar con lo último y más nuevo es un factor a tener mucho en cuenta.
  • Trabajadores que utilizan o son sustituidos por las máquinas: son los grandes damnificados. Si bien es cierto que el desarrollo tecnológico crea empleo, también lo es que lo destruye. Entonces, estas personas, que normalmente han estado haciendo siempre una tarea muy similar, encuentran que tienen grandes dificultades para encontrar otro trabajo. Están obligados, pues, a reinventarse, cambiar, formarse en otros parámetros e intentar encontrar trabajo en otros sectores donde pueda haber alguna demanda.