Cómo superar el síndrome post-vacacional

¿Cómo puedes ayudar a tus empleados tras las vacaciones?

La alegría y euforia que nos acompañan a la oficina los días previos a irnos de vacaciones se transforman rápidamente en apatía, cansancio y estrés los días previos a la vuelta al trabajo tras disfrutarlas. Pero hay formas de superar el ya conocido como «síndrome post-vacacional”.

Este síndrome, que no todo el mundo sufre siempre, pero que casi todos experimentamos alguna vez en la vida, tanto los más pequeños como los más mayores, afecta a las personas cuando deben abandonar ese período de relax, ocio y descanso que nos brindan las vacaciones.

Tanto si te reincorporas a estudios como a un trabajo, es probable que durante los primeros quince días de rutina experimentes más cansancio, preocupación, estrés o ansiedad de lo normal. Se pasa pronto, pero conviene tenerlo en cuenta para no dejarnos caer en él.

Cambiar los ritmos biológicos no es fácil, a muchas personas les afecta bastante el simple hecho de adelantar o retrasar una hora el reloj, por ello es importante tener en cuenta ciertos puntos a la hora de afrontar cambios en las costumbres, horarios o las exigencias del día a día.

Durante las vacaciones recuperamos energías, dejamos a un lado las prisas y el estrés, disfrutamos más de familia y amigos, y en definitiva, tenemos en nuestras manos el poder de gestionar nuestro tiempo a nuestro antojo. Por todo ello, las vacaciones son algo imprescindible, beneficioso para la salud y para las empresas, ya que a la vuelta estamos renovados e inspirados para dar lo mejor de nosotros mismos.

Pero no siempre es así, más del 60% de los españoles sufrimos el «síndrome post-vacacional”, y seguramente ya te hayas topado con multitud de consejos sobre cómo superarlo, consejos dirigidos al empleado, que no están de más, pero ¿y qué pueden hacer los jefes para que la vuelta de sus trabajadores sea lo menos traumática posible, evitando este tipo de síndrome?.

Conoce bien a las personas que hay detrás de tus trabajadores.

La situación personal de cada empleado, así como la forma en que percibe su entorno laboral, son factores determinantes para sufrir o no este estrés tras las vacaciones. Conocer bien a cada uno de los trabajadores, incluidas sus preocupaciones o responsabilidades fuera de la empresa, así como saber cómo se sienten respecto a sus tareas y compañeros, nos ayudará a poder ofrecerles mejores condiciones para que su vuelta a la rutina se produzca de la mejor forma.

Mejorar los horarios durante los primeros días.

La reincorporación al trabajo puede hacerse de forma escalonada, es decir, si en los primeros días los empleados tienen opción a disfrutar de una jornada intensiva, que les permita ir enganchándose al trabajo y a las nuevas rutinas, sin por ello dejar de lado su vida personal, se sentirán mucho mejor.

Fomenta la comunicación con y en los equipos.

Un punto importante sería la posibilidad de reunir los equipos e intentar establecer una comunicación fluida entre todos los miembros. Durante las vacaciones, tomando distancia de la vorágine del día a día en la oficina, podemos ver mejor qué cosas no nos gustan, nos impiden trabajar bien o nos gustaría mejorar para estar aún más a gusto.

Si al regresar de las vacaciones, se nos permite poner las cartas sobre la mesa y encontrar entre todos formas de mejorar el día a día, los empleados se van a sentir mucho más motivados; son escuchados y saben que pueden mejorar aquello que les echa para atrás a la hora de volver a la oficina. Esto también puede servir para estrechar lazos entre compañeros, o evitar futuros conflictos.

Priorizar tareas y dejar claros los objetivos, nunca sobrecargar de trabajo.

Lo ideal antes de salir de vacaciones es dejar todas las tareas acabadas, así a la vuelta con ponernos al día de lo sucedido en nuestra ausencia y planificar las tareas a seguir, será suficiente. En caso de que antes de marcharse haya quedado trabajo pendiente, es importante que el trabajador a su vuelta no se sobrecargue de tareas los primeros días. Por ello, si es posible acordar con él cuáles son los trabajos prioritarios y establecer unos objetivos claros, el estrés no aparecerá tan rápido.

Actividades interesantes que les ayuden a mejorar como equipo.

Se nos recomienda tener claro que los días de fiesta en el calendario laboral así como los fines de semana no son pocos, así que aunque hayamos vuelto a la rutina, podemos planificar actividades de ocio para que todo no sea pensar en trabajo. Pero si pueden hacerlo los empleados en su faceta personal, ¿por qué no pueden planteárselo los jefes también?. Qué mejor manera de comenzar el “curso” que fijando un día de ocio junto a los compañeros de trabajo, un día con actividades que fomenten el trabajo en equipo y el compañerismo, actividades que les permitan formarse sin dejar de disfrutar, y en las que se sienten parte activa de la empresa e iguales que sus compañeros y superiores, por ejemplo.

En definitiva, la vuelta a la rutina es un buen momento para que las empresas conozcan mejor a sus empleados, les escuchen y motiven, evitando que caigan en ese síndrome post-vacacional, para evitar con ello que se vean desmotivados y estresados de cara a un nuevo «curso» de trabajo nada más comenzarlo.

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