En ellos, aparecen muchas personas con perfiles muy similares, tanto referente a la formación como la experiencia laboral. En estos currículums es normal encontrar, también, una pequeña explicación realizada por el mismo candidato sobre sus aptitudes y preferencias personales. Evidentemente, en este texto se incluyen habilidades de tipo positivo, por el contrario sería tirarse piedras encima del propio tejado.

En la misma línea, solamente con mirar el currículum no se puede tener una idea de cómo trabaja la persona. Aunque se especifiquen de forma detallada las tareas realizadas, no es posible percibir su carácter, forma de dirigirse a los demás, cómo se relaciona con sus compañeros… Para tener una pequeña idea de ello, una técnica muy utilizada son las dinámicas de grupo.

¿Qué es una dinámica de grupo?

Se trata de sesiones en las cuales los aspirantes al lugar de trabajo se les marcan un caso y, a partir de él, deben interactuar con los otros compañeros de acuerdo a lo que se explica. No necesariamente debe tratarse de un caso relacionado con las habilidades necesarias para el puesto de trabajo. La finalidad de una dinámica es especialmente conocer otros aspectos de las personas, como:

• Capacidad de relacionarse con los demás: en todo lugar de trabajo se precisa de un contacto con las otras personas que forman parte del departamento o del sector. Según cuál sea el grado necesario de interpelación con los compañeros o con los clientes, se decidirá con elegir un perfil más o menos expresivo e interactuador con el entorno. Hay que tener en cuenta este aspecto: no siempre el más expresivo debe de ser el escogido. Hay determinados puestos que tampoco precisan de unas habilidades sociales muy desarrolladas y que, es más, prevalece sencillamente interactuar en contextos muy determinados. Por el contrario, si se busca un perfil comercial, sí que se valorará espacialmente el hecho que sea capaz de exponer de una forma sólida unos argumentos y relacionarse con los demás con soltura.
• Capacidad para adaptarse a un determinado rol: en algunas dinámicas de grupo, se entrega un sobre o papel a cada uno de los participantes y se les encomienda la realización de un determinado rol. Es decir, deben comportarse y realizar unos razonamientos no propios, sino los que haría la persona que deben “interpretar”. En una tarea comercial, no solamente es importante tener un buen argumentario, sino que es importante ser capaz de meterse en la mente del cliente y conocer sus preferencias y aspectos a los cuales da valor. Por lo tanto, tener esta capacidad de “ser” otro personaje y pensar como él da una imagen de esta habilidad.
• Capacidad para afrontar situaciones de estrés: en una dinámica está en juego un puesto de trabajo. Por lo tanto, es normal que todos los presentes estén nerviosos. De la misma manera, en determinados momentos del desempeño de un trabajo pueden haber momentos o periodos de tiempo durante los cuales se tendrá que trabajar bajo una presión más elevada de lo normal. Por lo tanto, si una persona es capaz de mantener la entereza y calma en una situación de tensión como es una dinámica, también tendrá la misma actitud al trabajar.
• Capacidad de razonar: más que valorar el contenido de lo que se expresa, hay que mirar los razonamientos, las ideas, cómo es capaz de seguir un determinado hilo argumental y defender su postura de una forma creíble y con convicción.
• Capacidad de trabajar en equipo: en muchas dinámicas, se pide que, como resultado, partiendo de posturas diferenciadas, se consiga llegar a un acuerdo común que deberá ser presentado a los encargados de dirigir la dinámica. En este caso, se puede percibir si una persona quiere imponer su opinión por encima de los otros (creyendo que, si sale aquello que él ha expresado, “gana”); si es un perfil conciliador capaz de aunar razones y argumentos dispares (que acostumbra a ser el deseado); o por el contrario, se mantiene tan tímido y callado que es incapaz de mantener un mínimo de firmeza y posición propia.

¿Qué hay que tener en cuenta al preparar una dinámica?

Al decidir qué tipo de ejercicio o práctica deberán afrontar los aspirantes, hay que tener en cuenta los siguientes puntos para escoger la más adecuada:

• Características del lugar de trabajo: las propias habilidades necesarias para el puesto de trabajo. Aunque la dinámica no incluya aspectos relacionados directamente con los conceptos y procedimientos necesarios para el puesto, sí que algún tipo de capacidad relacionada debe trabajarse.
• Aptitudes necesarias para el lugar de trabajo: aptitudes entendidas como las habilidades anteriormente comentadas en términos de capacidad de relacionarse con el entorno y posición argumental. Hay que tener en cuenta que, en general, todos los presentes tendrán unos conocimientos muy parecidos, ya que las personas que entran a formar parte de una dinámica de grupo han sido escogidos después de haber realizado una primera criba entre todos los currículums que han llegado.
• Número de participantes: las dinámicas con más gente precisan de un lugar más amplio donde desarrollarse y, además, acostumbran a tener un funcionamiento más difícil de controlar y gestionar, porque es normal que haya más intervenciones y que haya una mayor disparidad de opiniones que dificulte todo el desarrollo y el poder llegar a conclusiones comunes.
• Tiempos de cada uno de los apartados: una dinámica puede estar diferenciada en diferentes ejercicios. Hay que marcar de una forma muy clara los tempos para no alargar exageradamente la sesión.
• Persona encargada de dirigir la dinámica: la persona que se encargue de llevar la presentación y desarrollo de la dinámica no puede ser cualquiera. Debe tener capacidad para gestionar grupos y, a la vez, conocer muy bien lo que se está buscando. Es habitual que en este tipo de pruebas, además de la persona que dirige la dinámica, esté presente el responsable del departamento donde deberá trabajar la persona elegida. Él mejor que nadie conoce los miembros de su equipo.