Viernes, 19 de Abril de 2024
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Chupa Chups, la historia de una brillante idea

Chupa Chups, la historia de una brillante idea

Este producto tiene diferentes nombres en Iberoamérica, como paleta de dulce, chupeta o chupetín, todas ellas en infinidad de marcas. Todas ellas tienen algo en común, son variaciones de una idea que tuvo Enric Bernat, un catalán que hace más de 50 años tuvo la brillante idea de poner un palo a un caramelo para evitar que no se ensuciaran de dulce.

Enric venía de una familia del negocio de la pastelería y consiguió lograr la creación de todo un fenómeno sobre un producto que satisfizo una necesidad y que rompió esquemas mediante el uso de una imagen y maneras diferentes en su tiempo para presentar este nuevo producto.

Todo empezó después de observar como los niños, que eran los principales consumidores de golosinas, tenían problemas con el tamaño de los caramelos que se hacían en aquel tiempo. Su gran tamaño hacía que nos les cupieran bien en la boca y tuvo la idea, que lanzó en 1958 de sacar su producto, unos caramelos que venían con palo incorporado y que tuvo gran éxito y aceptación por el público.

Bernat no se quedó ahí y quiso que la marca tuviera una serie de elementos que ayudaran a la internacionalización de su producto. Buscaba, en resumidas cuentas, un producto de alcance mundial como la Coca Cola.

Como era redondo, al principio le bautizó como «Gol”, pero al no ser del todo atractivo ni diferenciador, hizo que la empresa tuviera que recurrir a una agencia de publicidad barcelonesa, que entre alguna alternativa más sugirió «Chups”.

El nombre completo que conocemos, vino de la forma más inesperada. Una cuña de radio en algunos tramos tenía una melodía que usaba la expresión «chupa chups”, comenzando a llamar el producto de esta manera. Así fue por lo tanto el nombre que en definitiva comenzó a usar la marca.

El logo era otro aspecto vital. Conocedor de lo importante que era este aspecto y sabedor de las diferencias de su producto respecto a otros parecidos (no solo por el producto en sí, también por usar colores y presentaciones llamativas) Bernat pensó que era necesario una presentación acorde.

Aprovechó el éxito de los caramelos en nuestro país, para no escatimar gastos en un logo digno y que estuviera al nivel de marcas importantes. Recomendado por una agencia de publicidad, se puso en contacto con el reconocido artista Salvador Dalí que, a cambio de una oferta millonaria, se encargó de rediseñar el logo de la marca, que según se dijo, le llevó una hora el hacerlo.

El sello que creó Dalí, mantuvo la tipografía del logo anterior, pero puso las palabras Chupa Chups sobre un fondo que recreaba una margarita y la paleta de colores se redujo a rojo y amarillo. Este logo ha tenido hasta hoy en día escasas modificaciones.

Luego vino la internacionalización y la empresa en 2006, después del fallecimiento de Bernat vio como pasaba a manos extranjeras, pues se hicieron con una gran porcentaje de la compañía gracias al acuerdo con los herederos.

Un gran invento español que nació de algo tan simple como observar las necesidades del cliente y rodearlo de unas técnicas de marketing maestras.

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