Viernes, 19 de Abril de 2024
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Bienes y Derechos de las Sociedades: el Activo Corriente.

Bienes y Derechos de las Sociedades: el Activo Corriente.

Después de definir el concepto de Activo Corriente, vamos a ver cuáles son las principales características:

  • Temporalidad: está pensado para formar parte de la empresa a corto plazo, es decir, su duración habitual, a diferencia de los Activos No Corrientes, los cuales destacan por su voluntad de permanencia, sería de un ejercicio.
  • Liquidez: se entiende, a priori, que el Activo Corriente (anteriormente llamado Circulante) tiene una mayor facilidad para ser convertido en dinero en un periodo inferior a doce meses respecto a los elementos del Inmovilizado.
  • Función: el principal objetivo que se busca con esta clase de bienes y derechos es la venta o la transformación en operaciones que se suelen repetir de forma regular.
  • Variación: están pensados para ser vendidos, transformados, usados e incluso ser un medio de pago en cualquier operación cotidiana de la Empresa.

Elementos que lo forman.

Según uno de los criterios que hemos mencionado anteriormente, el de liquidez, el orden de prelación sería el siguiente:

  • Existencias: esta partida engloba las mercaderías, materias primas y otros aprovisionamientos, así como aquellos productos que se encuentran en producción, medio terminados y terminados, productos que puedan ser derivados, residuos y aquellos materiales que, de entrada, no se pudieran emplear y que se consiguen recuperar para aplicarlos dentro del proceso productivo.

Las mercaderías y materias primas deberán ser valoradas por el precio de adquisición, al cual habrá que sumarle todos aquellos gastos en los que haya sido necesario incurrir para llevar a término la compra, así como restarle aquellos descuentos que pudiera haber aplicado el vendedor. Las otras partidas mencionadas, deberán imputarse tomando como referencia el valor de producción.

  • Cuentas a cobrar: hace referencia a aquellas ventas que ha hecho la Compañía pero que no han sido cobradas todavía, con independencia de que sean a clientes o a terceros. Para una mejor comprensión, vamos a poner un ejemplo: una empresa de plásticos vende a un cliente 60.000 unidades del producto A, pero acuerda con este último que el pago se efectuará con posterioridad, a 60 días. Por tanto, la venta se ha producido hoy pero se recibirá el dinero en otro momento, por lo que el importe de la venta se reflejará en la cuenta de Clientes o Clientes, efectos comerciales a cobrar.

También debemos tener en cuenta la inclusión de las ventas extraordinarias que no formen parte de la actividad habitual de la Compañía. Por ejemplo, si la Sociedad tiene un inmueble y lo vende a un tercero pero no lo cobra en el momento de la venta, deberá imputarse contablemente como un derecho de cobro pero no se hará en la cuenta de Clientes, sino en la de Deudores.

  • Valores negociables: aquí agrupamos las acciones o participaciones en otras Sociedades, así como bonos u otros tipos de contratos financieros con Entidades de Crédito u otras Entidades Financieras, a corto plazo.

De la misma manera que en el caso de las Existencias, la valoración debe hacerse por el importe de adquisición, al cual habrá que añadirle los gastos relacionados con la compra que sean necesarios para que se haya realizado el contrato. Por ejemplo, si para comprar acciones de YZ, la Empresa ha debido realizar una serie de pagos en concepto de comisiones a la Entidad con la que ha firmado el contrato, se considerarán más valor de la compra.

  • Tesorería: debe distinguirse entre las cuentas bancarias y la caja. Ésta última sería la caja física que en muchas Empresas existe para hacer frente a pagos de pequeña envergadura y que se suelen producir en el desarrollo de la actividad cotidiana.

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