Jueves, 25 de Abril de 2024
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Aprovecha la vuelta a la rutina para fijarte nuevos propósitos

Aprovecha la vuelta a la rutina para fijarte nuevos propósitos

Si eres emprendedor y has tenido la suerte de alejarte de la rutina durante unos días, te has relajado y has despejado tu mente, seguro que por tu cabeza han pasado ideas, errores, deseos o dudas sobre tu negocio. Si ha sido así, genial, ya tienes una buena batería de propósitos para volver a la rutina sabiendo todo lo que puedes mejorar en tu negocio. Para eso están las vacaciones, para disfrutar, desconectar y regresar con más ganas y muchas ideas.

Si por el contrario no has podido escaparte y te ha tocado pasar el verano al pie del cañón, no te preocupes, aquí te traemos algunos consejos para comenzar el «nuevo curso” de tu empresa con buen pie, o al menos intentándolo.

En primer lugar hay que hacer revisión y autocrítica. Todos cometemos errores, y lo principal es saber reconocerlos y hacer lo posible para que nos sirvan de experiencia y aprendizaje. El primer paso para arrancar con buen pie es saber qué hemos hecho mal hasta el momento y tratar de subsanarlo de la mejor forma posible.

Ya que estamos haciendo revisión del camino andado hasta el momento, estudiemos también cómo nos dedicamos a nuestra empresa, es decir, ¿le prestamos la atención suficiente a nuestra identidad, nuestra marca o producto?. Lo habitual es que con las tareas del día a día, con la atención que demandan nuestros clientes o con los pequeños o grandes problemas que puedan surgir, perdamos de vista cuáles eran nuestros objetivos y qué buscábamos lograr con nuestro emprendimiento.

Debemos darnos un espacio para pensar más en nuestra empresa, tenemos que volver a fijar la atención en los objetivos que deseamos alcanzar y en cómo queremos hacerlo. Lo mejor es asomarnos a nuestro negocio como si nosotros mismos fuéramos nuestro mejor cliente potencial, y así comprobar si estamos desarrollando una buena marca, una buena comunicación, etc. En caso negativo, podemos ir preparándonos para introducir todos los cambios y mejoras necesarias de cara a final de año, porque el comienzo de un nuevo ejercicio es el mejor momento para lanzar una nueva imagen.

En caso de que creas que sí estás haciéndolo bien y que tus objetivos están cerca, date un giro y aspira a más. Los emprendedores nunca se conforman, siempre buscan crecer más. Establece nuevas metas, fórmate en nuevas áreas, lo que quieras, pero busca siempre cómo mejorar y crecer, no te estanques.

Párate a recordar los primeros momentos de tu negocio. Estabas volcado en darlo todo: formación, objetivos ambiciosos, nuevos contactos a la menor oportunidad. Pues bien, no dejes de hacerlo, es básico que siempre revises si estás a la última en todo lo que se refiere a tu sector, si no es así, comienza a reciclarte, sigue formándote siempre y acude a todo evento, feria o reunión social en la que puedas establecer nuevos contactos o adquirir nuevos conocimientos.

Organízate mejor, planifica bien tus horarios. Esto es algo que siempre se puede mejorar, incluso cuando ya lo vas haciendo mejor, sabes que aún es mejorable. Organizar las tareas, y distribuirlas en el tiempo no siempre es fácil, pero hay que intentarlo. Si eres capaz de establecer prioridades en tus tareas, planificar un buen horario de trabajo, y ser capaz de compaginarlo todo con la necesidad de dedicarte tiempo a ti mismo para conciliar con tu vida personal, todo irá mucho mejor.

Comienza por fijarte un horario flexible y realista, como el de cualquier empleado, y trata de cumplirlo siempre que sea posible. Establece prioridades en las tareas y procura no acumular trabajos, si consigues tachar de la lista lo urgente cuanto antes podrás seguir trabajando más relajado. Trata de combinar tareas pesadas con otras más llevaderas, para no perder el ritmo y evitar cansarte pronto. Recuerda dejar tiempo de calidad para disfrutar de tu vida personal, porque al final, poder conciliar es lo que más felicidad nos aporta, y por extensión, lo que más productivos nos hace.

Y, sobre todo, trata de ser capaz de superar la frustración, porque sabemos que volveremos a cometer errores, pero siempre estamos a tiempo de reconocerlos y volver a establecer nuevos propósitos que nos ayuden a mejorar en nuestro negocio; estamos aprendiendo y arriesgando siempre, por lo tanto, las caídas son también parte de nuestro día a día y esto hay que saber aceptarlo y afrontarlo de la mejor forma posible para seguir adelante.

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