Aprende a gestionar tu tiempo para tener el fin de semana libre

Aprende a gestionar tu tiempo para tener el fin de semana libre

Llevar al colegio a los niños, asistir a una reunión, hacer y recibir llamadas, terminar un informe, ir a comer con un cliente, hacer un presupuesto, solucionar varios problemas urgentes en la empresa, asistir a un evento y llegar a casa a las diez de la noche. ¿Te suena de algo? Ese puede ser un día cualquier para un emprendedor.

Lograr tener un fin de semana libre se convierte en un objetivo casi irrealizable, y en lugar de descansar y desconectar nos dedicamos a seguir trabajando. Olvidamos que tenemos una vida y una familia, que tenemos unos amigos o que necesitamos un tiempo para dedicar a nuestra actividad favorita. ¿Cuál es el secreto? El secreto es muy sencillo y obvio: planificar.

A continuación de proponemos 5 claves para gestionar correctamente tu tiempo y lograr tener el fin de semana libre:

Establece metas y objetivos

Una buena planificación empieza por pensar y establecer los objetivos que quieres lograr a corto, medio y largo plazo. Una vez establecidos, es necesario fijar las actividades necesarias a hacer para alcanzarlos y determinar el momento de la semana, del mes o del año en el que se a realizar cada actividad.

Es muy importante que los objetivos sean muy concretos y posibles: obtener diez clientes más a fin de año, hacer tres publicaciones semanales en el blog de la empresa, lograr veinte seguidores en Twitter a la semana. La concreción en los objetivos nos permitirá medir los resultados al final del plazo que hayamos establecido.

Distingue actividades rentables y no rentables

La mejor forma de establecer prioridades es pensar en qué actividades de las que tenemos que realizar son rentables para nuestra empresa y cuáles no lo son. Pero ¿qué es una tarea rentable? Una tarea rentable es aquella que aporta un mayor beneficio económico a tu empresa.

Protege tu tiempo

Si planificamos pero no protegemos el tiempo que hemos determinado dedicar a cada actividad, la planificación dejará de ser efectiva. Es decir, si establezco que el lunes de 9 a 10 de la mañana me dedicaré a contestar correos y en lugar de eso me dedico a coger el teléfono, la planificación no habrá servido de nada, por lo tanto, protege el tiempo dedicado a cada actividad tanto laboral como de ocio.

Realiza cada actividad en el momento adecuado

Si pensamos en cómo nos sentimos un lunes por la mañana o un viernes, no tiene nada que ver. El lunes estaremos estresados por tener una semana entera por delante y el viernes nos sentiremos contentos porque empieza el fin de semana. En base a ese tipo de reflexiones, podemos determinar por ejemplo, cuál es el mejor momento para reunirnos con un cliente o llamar a un proveedor.

En relación con las tareas más rentables, lo más apropiado es que las realicemos en los momentos en los que los clientes, proveedores etc. se sientan más receptivos.

Medir los resultados

Una vez realizado todo lo anterior, llega el momento de medir nuestro grado de cumplimiento. Al final de la semana, del mes o del año, podremos comprobar si hemos alcanzado el resultado que nos habíamos propuesto y seguir planificando para los meses o años posteriores.

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