¿Qué es la Mediación Laboral?

¿Qué es la Mediación Laboral?

Como suele suceder, los conflictos laborales están presentes con cierta frecuencia, dado que algunas prácticas empresariales conllevan desavenencias entre las propias empresas.

Como hemos visto en otras entradas, el Arbitraje y la Mediación son mecanismos reconocidos como una alternativa real para la resolución de conflictos frente al tradicional sistema judicial. Pues bien, en materia laboral, la Mediación también constituye un sistema posible y absolutamente recomendable con tal de abordar y resolver los contubernios que se pudieran producir en este ámbito.

La más conocida cuando se hace referencia a la Mediación es la resolución de conflictos en el ámbito de las relaciones laborales. Debemos destacar que, a pesar de que en otros ámbitos, la implantación de la Mediación tarda más en llevarse a cabo, en el ámbito laboral se ha convertido en un recurso muy habitual, sobre todo por la creación de diferentes Instituciones relacionadas con ello, a través de distintas entidades, mayoritariamente impulsadas y apoyadas por sindicatos con una alta representación.

Definición

Podemos definir la Mediación Laboral como un conjunto de técnicas y mecanismos que promueven la resolución de un conflicto entre dos o más partes, en las que un tercero neutral e imparcial, a través de su intervención, dirige el conflicto para llevarlo a su resolución.

Principales Ventajas y Funcionamiento

Cuando se produce un conflicto en una empresa, entre una parte, que suele ser la Plantilla y se enfrenta al Empresario, la Mediación surge como una alternativa rápida y eficaz para la resolución del Conflicto.

Vamos a poner un ejemplo: ante una huelga planteada por la Plantilla y a la que la Organización Empresarial se opone, la Mediación Laboral puede proporcionar el cauce adecuado para solventar el conflicto y permitirá a las partes entender los efectos adversos que puede suponer llevarla a cabo y sus eventuales consecuencias.

En este tipo de conflictos, la figura de la persona mediadora, la cual está presente en las negociaciones, tiene la consideración de básica y decisiva, puesto que es quien puede favorecer el proceso de negociación. Ello es posible, dado que su función, entre otras, es la de impulsar la comunicación entre las partes, que normalmente ha sido inexistente hasta los momentos anteriores a la Mediación. Este impulso genera inercias positivas que desembocan en el diálogo.

Esta predisposición a dialogar no significa que se logre alcanzar un acuerdo pero, a partir de ese momento, se habrán puesto las bases a través del uso de unos mecanismos formales mediante los cuales las partes han de actuar para llegar a una entente.

La neutralidad e imparcialidad de quien ejerce la figura de Mediador, además de su buen hacer son las claves principales para que se logre conducir a las partes al acuerdo y a la resolución dialogada del conflicto, aspecto que es especialmente positivo porque se evita el gran desgaste que puede suponer la extensión en el tiempo de un proceso judicial para su solución y se minimizan los costes inherentes a la falta de actividad productiva derivada de la realización de una huelga.

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