Federico Oria e Iván Rodríguez, socios fundadores de Neonboots

Los Beatles las dieron a conocer y el flúor las puso de moda: Neonboots

De los orígenes ingleses al mercado español

El siglo XIX en Valverde del Camino (Huelva) está marcado por la llegada de los ingleses, atraidos por los metales de las minas locales. La cultura british rápidamente se extendió por la zona, como su tradición artesanal para fabricar botas, que siglo y medio después, todavía perdura.

Concretamente serían Iván Rodríguez y su socio, Federico Oria, los encargados de diseñar en septiembre de 2012 las Neonboots en España.

“Nosotros vendiamos por Internet artículos de ropa, pero no de marca propia, sino de terceros. Nos había ido bastante bien, pero tuvimos problemas con las marcas porque nos cortaron el suministro de tiendas. Por eso mismo decidimos montar nuestra propia marca teniendo en cuenta nuestra experiencia en el sector”, explica Iván.

“Mi socio es experto en ‘retail’ y es dueño de las tiendas Papaya en Madrid y yo soy experto en Internet. Barajamos varios productos y las botas fueron uno de ellos. El verano del 2012 empezamos a pedir prototipos, nos gustaron mucho los que nos fabricaron una industría de Valverde del Camino y a partir de ahí decidimos hacer una prueba piloto montando un puesto comercial en el Campeonato de Polo de Sotogrande, Cádiz. Llevamos 200 pares para intentar venderlas y testear el mercado, al venderlas de manera rápida decidimos registrar nuestra propia marca bajo el nombre comercial de Neonboots”, añade.

Pero, ¿por qué Neonboots?

“Intentamos barajar muchos nombres y al final queríamos uno que fuese internacional porque la inspiración que siempre hemos tenido es de venta internacional. Empezamos a vender con colores flúor que finalmente terminó por simbolizar el nombre de Neonboots. Ahora apostamos por nuevas pieles y texturas, y además otras líneas de calzado como sandalias, pero no abandonamos las botas que son nuestro producto clave”, apunta Rodríguez.

¿Botas de caña baja o sandalias de esparto?

Neonboots nació enfocado a las botas de caña baja, pero con la llegada del verano, esta marca se atreve a lanzar una nueva línea, que incluye sandalias planas con suela de cuero o con suela de esparto. Asimismo, los más pequeños de la casa también podrán disfrutar de la colección Neon Kids.

La recompensa de una marca que ya da la vuelta al mundo

Con un capital social de 20.000€ arrancó un negocio que más tarde daría la vuelta al mundo. Iván recuerda cómo tuvieron que autofinanciarse “vendiendo a terceros”.

“Tuvimos que poner poco dinero para lanzar la primera tirada de 200 pares, no hemos buscando financiación aunque es algo que no descartamos en un futuro para poder crecer fuera”, comenta Rodríguez, quien asegura haber triplicado las ventas respecto al año anterior, con una facturación en 2013 de un millón de euros.

A través de internet venden a nivel mundial al cliente final o tiendas multimarcas (retails) con ayuda de agentes comerciales. “Estamos presentes en diez países: España, Portugal, Francia, Inglaterra, Italia, Alemania, Austria, Azerbaiyán, y Países Nórdicos (Suecia y Finlandia).

No en todos los países se cumple con el mismo perfil de comprador. Mientras en España el mercado va dirigido principalmente a mujeres (80% mujeres y un 20% hombres), en el extranjero está mucho más igualado. «En España nos dirigimos a mujeres entre los 25 y 45 años con un poder adquisitivo medio alto, y en Europa el abanico de edad es más amplio”, comenta el empresario, quien explica que en Inglaterra el poder adquisitivo “es más alto y por tanto el público también lo es”.

Trabajo y suerte, claves del éxito de Neonboots

Ambos socios han apostado fuerte por la calidad y los precios asequibles de sus productos respecto a otras marcas. “Apostamos por un zapato cómodo que dure muchos años”, comenta Rodríguez.

Él mismo es consciente del insólito éxito mundial de Neonboots y apunta al trabajo y a la suerte como principales causas de su triunfo.

“Alguien dijo una vez: cuando venga la suerte que me pille trabajando”, concluye Iván, al que sin duda la fortuna le alcanzó en el mejor momento de su carrera laboral.

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