Máscara inspirada en el mundo onírico de los cuentos elaborada con cobre repujado, pasamanería de seda,cristal verde, plumas de papagayo verde y ojos de pavo real.

La metamorfosis veneciana de Arte Carlo Franco

¿Pero, en la actualidad se puede vivir de vender máscaras venecianas? “Es muy difícil salir adelante, porque no sólo hay que estar atento a hacer perfectamente bien los trabajos para que tengan una salida en el mercado, sino que también hay que desarrollar la parte empresarial”, aseguró Carlo, que opina que aunque la idea de empresa y arte son antagónicas, ambas son necesarias para sacar un trabajo adelante.

“La parte del artista y la parte del empresario se llevan fatal. Son conceptos totalmente separados. Una parte habla un lenguaje intimista y la otra utiliza el lenguaje de los números y del dinero”, señaló este joven licenciado en Bellas Artes.

Para vender hay que crearse una cartera de clientes, ocuparse de las ventas, tener una estrategia de marketing y publicidad, además de hacer por supuesto un muy buen trabajo”, explicó Carlo, que aseguró que hay que tener en cuenta todos estos factores, como en cualquier otro negocio no vinculado con el arte.

Este pasional amante de las artes plásticas considera que el arte es una continua lucha, y que nunca se valora realmente este trabajo, sin embargo, Carlo está convencido de que si las obras son realmente buenas, y no hay mucha gente que consiga tu resultado final, entonces el arte sí es rentable.

En este sentido, nosotros tenemos que decir que la sensibilidad, finura y originalidad de los trabajos de Arte Carlo Franco le hacen merecedor de ser de esos pocos privilegiados capaces de vivir del arte.

Tanto sus máscaras venecianas, como sus pinturas en tela, sus modelados personalizados o sus realistas y sobredimensionadas figuras «animalísticas» están muy reconocidas dentro del mundo del arte, donde compañías de teatro y productoras de televisión son clientes habituales.

A pesar de la buena acogida que tienen las obras de Carlo, este estudioso de la vida asegura que el arte es un amante ingrato.

“Es amante porque te da todo el cariño del mundo, pero es ingrato porque no te puedes separar de él, te toca venderlo, ponerle precio y esa es la parte fea”.

Hablando un poco con este emprendedor del pequeño boom que vive actualmente la artesanía, nuestro interlocutor nos comentó que el hambre siempre agudiza el ingenio, y que en este momento hay bastante gente en paro que están tirando por la artesanía.

Sin embargo, su interpretación es que ésto es sólo algo pasajero con lo que la gente intenta sacarse algo de dinero, y que «las inquietudes de la gente siguen siendo conseguir su trabajo fijo con su sueldo fijo que le de para comer y le quite de preocupaciones».

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