Parece que las peores noticias en la economía rusa han quedado atrás según el vice primer ministro Ígor Shuvalov, que ha asegurado que la economía rusa vuelve a funcionar y que este 2017 tendrá un crecimiento a un nivel del 1%.

El gobierno cree que la caída de ingresos de los rusos ha finalizado. En 2017, el aumento de la economía y del bienestar será una tendencia que se extenderá a todos los grupos de población. Además de esto, desde el gobierno se ha declarado que el sistema financiero ruso cada vez es más estable y se ha ido reforzando.

La postura oficial rusa es que la economía va emergiendo progresivamente. Lo que todavía no se sabe es si esto lo verán de manera clara los rusos de a pie en una mejora de la calidad de vida a ingresos. Algunos expertos han hablado de ello:

En el caso del presidente del comité de la Duma Estatal en el mercado financiero, Anatoli Axákov «Puede decirse que hay un cambio radical en el desarrollo de la economía”. A partir del tercer trimestre la situación ha adquirido un ritmo positivo, creciendo la industria y la agricultura. Los ingresos reales de la población han aumentado y los sueldos superan el nivel de la inflación, aunque no es demasiada cantidad.

Otro factor importante es la adaptación que se produce en la economía a los bajos precios del petróleo y las sanciones. En los momentos en los que la economía está en crisis, suele producirse una reagrupación interna de las fuerzas. Los precios del petróleo se han estabilizado en un precio de 50 dólares por barril, algo importante.

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Está claro que Rusia tiene una gran parte de razón cuando asegura que el ritmo de caída de la economía rusa sea reducido. Aunque también hay que ser conscientes de los recortes quese han producido en gastos a todos los niveles. Esto tiene una condición, no debe haber ningún tipo de conmoción en la economía externa. Si eso se produce, hay altas posibilidades de qué en 2017, la economía del país alcance un equilibrio que redunde en un tímido crecimiento.

En el tema salarial, se puede tratar este tema con una mayor cautela. Los parámetros en la economía sumergida son complicados de analizar. Es más fácil analizar un parámetro que esté relacionado indirectamente con los salarios y si lo hacemos con el caso de la facturación en el comercio minorista, podremos ver que el año pasado ha sido bastante duro.

El comercio perdió un 15% de la facturación. La economía se ha adaptado de forma considerable desde el punto de vista del consumidor, pero esto se puede constatar con más seguridad cuando no haya caída de la facturación y pueda mantenerse al menos durante un trimestre o dos.

Por último, no se puede descartar que la gente empiece a ampliar sus ahorros, pero la tendencia a reforzar los ahorros, corresponde al comportamiento de un consumidor asustado que tiene miedo a que empeore la situación. Se debe esperar a que esos lógicos temores desaparezcan.